¿Sentimientos de Cariño? (Diana Pryce)

Paseaba con cautela hacia la cueva donde se encontraba mi abuela Diana. Hace muchos dias que no la habia ido a ver. ¿Qué seria de ella? Bueno, seguro que no me tendria que contar nada nuevo excepto el porque mi madre venia a menudo, a diario, a la cueva. Dia si, dia tambien. Era extraño, ya que en años no habia venido ni una sola vez a visitar a Diana. Quizas tendria planes o solo queria restregarle por la cara que estaba reinando exactamente como no queria que reinara. Mire a mi lado izquierdo, luego a mi derecho, no vi a ninguna figura husmeando asi que meti el codigo y baje a la cueva.

Nada mas bajar, senti que mi temperatura corporal bajaba considerablemente, y eso que nosotros no teniamos temperatura corporal. ¿Qué seria entonces? ¿Mas sentimientos? Ya me estaba cansando un poco de ellos, era extraño pero cada ve que bajaba, me llenaba de esas cosas, frio, temblores, inquietud..etc. Demasiado diria yo. Al bajar del todo, camine por un largo pasillo de la cueva. No habia ni rastro de mi abuela, y eso que siempre estaba en la entrada y nunca habia tenido que entrar tan afondo, quizas estaria durmiendo, aunque. ¿A estas horas? Eran las 12:00 de la mañana, aunque aquí, no se diferenciaba el dia y la noche, solo en pensar vivir aquí, seguro que mi abuela lo a devido de pasar fatal. Un temblor me recorrio el cuerpo.

Llegue asta donde estaba su cama pero no estaba tumbada en ella. ¿Dónde estaria? No habia mas sitios para buscarla. En eso, senti que algo me tocaba el hombro, me di la vuelta y la vi frente a mi. Vestia con un vestido rojo largo, aunque distinto al de la ultima vez. ¿Cómo aria para cambiarse de modelito si aquí ni si quiera habia comida? Era una pregunta que nunca antes me la habia planteado. Pense en preguntarselo, pero bueno, mejor no porque pareceria muy superficial, aunque bueno, nosotros eramos asi, aunque ella me enseño que ser superficial y mas con la familia, estaba sobrando.

-Me as asustado, no sabia donde te habias podido meter, y como esta cueva es inmensa, pues por eso.- Dije mientras daba vueltas alrededor suya. Yo la miraba esperando que me dijera algo, me dirigio la mirada. Aunque aun seguia callada mirandone fijamente a los ojos.